No es la necesidad de dinero en que podrían encontrarse algún día lo que hace a los viejos avaros, ya que hay algunos tan ricos que no pueden sentir esa inquietud. Además, ¿cómo podrían temer la falta de las comodidades de la vida cuando se privan voluntariamente de ellas para dar satisfacción a su avaricia? No se debe tampoco al deseo de dejar mayores riquezas a los hijos, ya que no es natural amar a otros más que a uno mismo, aparte de que hay avaros que no tienen herederos. Este vicio es más bien resultado de la edad y del temperamento de los viejos, que se abandonan a él tan naturalmente como en la juventud a los placeres o en la edad viril a la ambición. Para ser avaro, no se requiere ni vigor, ni juventud, ni salud; tampoco es necesario desplegar ninguna actividad ni dar el menor paso para ahorrar las rentas; basta con dejar el dinero bien encerrado en el arca y privarse de todo. Resulta por ello cómodo para los viejos, a quienes hace falta una pasión porque son hombres.
Jean de La Bruyère, Los caracteres, 771
El dinero es la felicidad humana in abstracto; cuando ya no somos capaces de disfrutarla in concreto, nos apegamos de todo corazón a él.
Arthur Schopenhauer, Parábolas, aforismos y comparaciones, 50
martes, 18 de noviembre de 2008
Vejez avarienta
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La Bruyère,
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