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lunes, 12 de diciembre de 2022

Veranos didácticos

 Maestro de escuela, deja descansar a tu inocente cuadrilla. [...] en el verano, los niños, si están sanos, bastante aprenden.

Marco Valerio Marcial, Epigramas, X 62


A pesar de haber ido al colegio me las arreglé para tener una buena educación.

Francis Scott Fitzgerald, A este lado del paraíso



lunes, 11 de noviembre de 2013

Saludar primero


Aunque se te saluda muchas veces, nunca saludas tú el primero: ¿así vas a seguir? Adiós, Pontiliano, para siempre.

Marco Valerio Marcial, Epigramas, V 66


No me gusta el hombre al que no puedo abordar yo el primero ni saludarle antes de que él me salude sin envilecerme a sus ojos y sin menoscabar la buena opinión que tiene de sí mismo. Montaigne diría: Quiero tener el campo libre, y ser cortés y afable a mi gusto sin remordimientos ni consecuencias. No puedo de ninguna manera actuar contra mi inclinación, ni ir a contrapelo de mi natural, que me lleva hacia aquel que viene a mi encuentro. Cuando es un semejante, y no es enemigo, me adelanto a su saludo, le pregunto acerca de su ánimo y de su salud, le ofrezco mis servicios sin regatear el más o el menos, ni estar, como dicen algunos, ojo avizor. Me desagrada aquel que por el conocimiento que tengo de sus costumbres y maneras de actuar, me saca de esta libertad y de esta franqueza. ¿Cómo acordarme a tiempo, y por mucho que vea a ese hombre, de adoptar una continencia grave e importante, y que le advierta que yo creo valer como él y más? Para esto tendría que hacer un recuento de mis buenas cualidades y condiciones, y de las suyas malas, después hacer la comparación. Es demasiado trabajo para mí, y no soy en absoluto capaz de una atención tan tensa y repentina; y aún cuando lo hubiera logrado una primera vez, no dejaría de flaquear y desmentirme en una segunda ocasión: no puedo forzarme ni constreñirme para nadie a ser orgulloso.

Jean de La Bruyère, Los caracteres

sábado, 26 de febrero de 2011

Melosa inmolación



Traslúcida gota de ámbar, caída sobre una abeja, la retiene dentro de sí misma; se diría prisionera de su propio néctar; digno galardón de tantos afanes. Parece como si hubiese querido morir así.

Marco Valerio Marcial, Epigramas, IV 32


Existe una hormiga cuyo vientre se hincha convertido en odre de miel, destinado a la alimentación de su raza. He aquí una imagen simbólica de la condición del maestro. Su cabeza, henchida de ideas, es el ánfora de miel del saber. Al recolectarla y almacenarla, el cuerpo del sabio, como el de la hormiga, acaso se habrá deformado algo, pero el sacrificio será grato y útil a sus discípulos y conciudadanos.

Santiago Ramón y Cajal, Charlas de café


domingo, 21 de marzo de 2010

Hostigamiento del ocio



En cualquier lugar que me encuentras, Póstumo, enseguida me gritas (y esta es tu primera frase): "¿Qué haces?". Y siempre lo mismo, aunque me encuentres diez veces en una hora. Pienso, Póstumo, que eres tú quien no tiene nada que hacer.

Marco Valerio Marcial, Epigramas, II 67


Las bellas emociones estériles que el arte despierta en nosotros son aborrecibles a los ojos de la sociedad, y ese horrible ideal social domina con su tiranía tan por completo a las gentes que con el mayor descaro se acercan a uno en las exposiciones privadas y en otros sitios abiertos al público, preguntando con voz estentórea: "¿Qué hace usted?", cuando la única pregunta que debiera estarle permitida a un ser civilizado es: "¿En qué piensa usted?". Las intenciones de esas honradas y radiantes personas son buenas, sin duda. Quizá por eso mismo son tan insoportables. Pero alguien debiera enseñarles que si, en opinión de la sociedad, la contemplación es el más grave pecado, en opinión de las personas de la más alta cultura es la única ocupación adecuada al hombre.

Oscar Wilde, El crítico artista


viernes, 28 de noviembre de 2008

Pan y páginas



CONTRA UN LECTOR EXQUISITO
Si se emplea toda una página en un solo epigrama, te la saltas, y los que te gustan son los más cortos, no los mejores. Te ofrecen una cena suntuosa y preparada con todo lo que se encuentra en el mercado, pero tan sólo te gustan las golosinas. No me interesa el lector demasiado glotón; el que busco es el que no se sacia si no come pan.

Marco Valerio Marcial, Epigramas, X 59


Algo así como el pan
.- El pan neutraliza el gusto de los demás alimentos, lo borra; por eso forma parte de todas las comidas. En todas las obras de arte es preciso que haya algo así como el pan, para que puedan producirse efectos diferentes, efectos que, si se sucediesen inmediatamente sin uno de estos descansos y determinaciones momentáneas, agotarían rápidamente y causarían repugnancia; esto haría imposible un "largo" banquete artístico.

Friedrich Nietzsche, El viajero y su sombra, 98