Confundía en su deseo las sensualidades del lujo con los goces del corazón, la elegancia de las costumbres y las delicadezas del sentimiento.Gustave Flaubert, Madame Bovary
[...] el brillante fuego graneado que lanzaba el disco de cristal de su monóculo, fuego preferido a las miradas más bonitas del mundo por jovencitas snobs y depravadas, en las que despertaba ideas de artificiales delicias y de refinamientos de voluptuosidad.Marcel Proust, Por el camino de Swann
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