domingo, 5 de diciembre de 2010

Pares luminosos



Sócrates y Platón son una estrella doble que los instrumentos más poderosos no pueden separar por completo.

Ralf Waldo Emerson, Hombres representativos


La naturaleza parece haber querido proceder por pares. Se declara que la mayor parte de las estrellas son estrellas dobles. Y aún en nuestros días, la naturaleza hace pares: Churchill y Roosevelt, Einstein y de Broglie, Gide y Proust.

Jean Guitton, Aprender a vivir y a pensar


viernes, 26 de noviembre de 2010

Ceros, a la derecha



¿Qué estás buscando? ¿Quisieras decuplicarte, centuplicarte? ¿Andas buscando adeptos? ¡Pues busca ceros!

Friederich Nietzsche, El ocaso de los ídolos


Reservan las Deidades sus primeros,
sus más graves designios, en sus palmas:
y reclutan su ejército en las almas
que aceptan no valer, como los ceros.

Almafuerte, El misionero


domingo, 7 de noviembre de 2010

Desamor engañoso



Nada más natural ni más engañoso que creernos amados.

François de La Rochefoucauld, Máximas


Han dejado de engañarte, no de quererte. Y te parece que han dejado de quererte.

Antonio Porchia, Voces

jueves, 21 de octubre de 2010

Indigente verdad



Si de pronto los hombres se volvieran virtuosos, muchos miles se morirían de hambre.

Georg Lichtenberg, Aforismos, E-213


Trate uno de vivir aferrado a la Verdad... y vaya luego al dispensario para indigentes.

Herman Melville, carta a N. Hawthorne


lunes, 18 de octubre de 2010

Invisible virtud



Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. [...]
Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar bien plantados en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

San Mateo, Evangelio


A. es un virtuoso y el cielo es su testigo.

Franz Kafka, Consideraciones acerca del pecado


Que la luz de una lámpara se encienda, aunque ningún hombre la vea. Dios la verá.

Jorge Luis Borges, Fragmentos de un evangelio apócrifo


lunes, 13 de septiembre de 2010

Acción o imaginación



¡Uno se refugia en lo mediocre por desesperar de lo hermoso que ha soñado!

Gustave Flaubert, La educación sentimental


La acción es siempre fácil, y cuando se presenta bajo su forma más grave, por ser la más continua, es decir, bajo la del trabajo real, se convierte simplemente en el refugio de la gente que no tiene nada absolutamente que hacer. No, Ernest; no hable usted de la acción. Es una cosa ciega, sometida a influencias exteriores, movida por un impulso cuya naturaleza desconoce ella. Es una cosa esencialmente incompleta, puesto que está limitada por el azar e ignora su dirección y está siempre en desacuerdo con su finalidad. Su base es la falta de imaginación. Es el último recurso de los que no saben soñar.

Oscar Wilde, El crítico artista


La experiencia es el subterfugio, o el escondrijo, de quienes están desprovistos de imaginación.
Leyendo los riesgos que ha corrido el cazador de tigres, tengo cuantos riesgos ha valido la pena tener, salvo el del mismo riesgo, que tanto no valió la pena sufrir, que ha pasado.
Los hombres de acción son los esclavos involuntarios de los hombres de entendimiento. Las cosas no valen más que en su interpretación. Unos, pues, crean cosas para que los otros, transmutándolas en significación, las tornen vivas. /Narrar es crear, pues vivir es tan sólo ser vivido./

Fernando Pessoa, El libro del desasosiego


domingo, 15 de agosto de 2010

Libros y espejos



Leeré lo suficiente cuando vea el verdadero libro donde están escritos todos mis pecados, y que soy yo mismo. Dadme ese espejo y leeré en él.

William Shakespeare, Ricardo II


Os entrego este librito para que os miréis en él como en un espejo y no para que con él miréis a otros como a través de un monóculo.

Georg Lichtenberg, Aforismos, D-617


La obra del escritor no es más que una especie de instrumento óptico que se le ofrece al lector para permitirle discernir lo que, sin ese libro, no hubiese visto quizás en sí mismo.

Marcel Proust, El tiempo recobrado


viernes, 30 de julio de 2010

Recursos de amparo



La inocencia encuentra mucha menos protección que el crimen.

François de La Rochefoucauld, Máximas


La sociedad perdona con frecuencia al criminal; pero no perdona nunca al soñador.

Oscar Wilde, El crítico artista

lunes, 26 de julio de 2010

Nacionalismo hiperbólico



La hipérbole es cosa profunda y netamente española. Hipérboles en discursos, en libros, en artículos de periódico, en las conversaciones particulares. La hipérbole es... pereza mental. Lo contrario de la hipérbole es el trabajo, o sea, exactitud, reflexión, precisión. Es difícil hacer del idioma un instrumento exacto y dúctil; y es fácil salir del paso con un superlativo que no dice nada.

Azorín, Rivas y Larra


[...] Borges. Dice: "Caramba, por encargo de Victoria estoy escribiendo un poema sobre Sarmiento. Estoy escribiendo invita Minerva, porque no tengo ganas de escribir sobre Sarmiento (aunque no tengo nada contra Sarmiento y lo admiro mucho). Es claro, para que no se note la frialdad, estoy overwriting it, overdoing it. La hipérbole es una forma de la indiferencia: porque no se puede o no se quiere entrar en detalles se recurre a superlativos".

Adolfo Bioy Casares, Borges


martes, 15 de junio de 2010

Culta infelicidad



Cuando el príncipe atravesó los campos y vio los animales que lo rodeaban, dijo:
-Ustedes son felices, y no necesitan envidiarme a mí, que camino entre ustedes, cargado conmigo mismo; tampoco yo, dulces criaturas, envidio vuestra felicidad, porque no es la felicidad del hombre. Sufro muchas angustias que no los aquejan a ustedes; temo al dolor cuando no lo siento; a veces me retraigo ante maldades recordadas, y a veces respingo ante maldades anticipadas: seguramente la justicia de la providencia ha equilibrado los sufrimientos especiales con goces especiales.
El príncipe se entretenía con observaciones semejantes mientras regresaba, expresándolas con voz quejosa, aunque con una expresión que dejaba ver cierta complacencia en su propia perspicacia, y en recibir cierto consuelo de las desdichas de la vida, gracias a la conciencia con que sentía, y la elocuencia con que se quejaba de ellas.

Samuel Johnson, Rasselas


Es corriente en nuestro tiempo, como lo ha sido en muchos otros períodos de la historia del mundo, el suponer que las personas más cultivadas han llegado a la conclusión de que nada tiene importancia en esta vida. Quienes tal creen son positivamente desgraciados, pero están orgullosos de su desgracia, que atribuyen a la naturaleza del universo, y consideran que su actitud es la única razonable para un hombre culto. El orgullo de su infortunio hace que la gente menos complicada sospeche de su sinceridad y que crean que quienes se gozan de su desgracia no son desgraciados. Esta impresión es demasiado ingenua; no cabe duda de que existe una ligera compensación en el sentimiento de superioridad y penetración de estos sufridores, pero no es suficiente para compensar la pérdida de placeres más sencillos.

Bertrand Russell, La conquista de la felicidad


viernes, 28 de mayo de 2010

Edades, soledades



Considera lo que tú mismo posees en la más pequeña biblioteca selecta. Una colección de los hombres más sabios e inteligentes que se pudieron seleccionar de todos los países civilizados en mil años y que han puesto en el mejor orden los resultados de sus conocimientos y de su sabiduría. Los hombres personalmente estuvieron ocultos e inaccesibles, solitarios, acosados por la etiqueta; pero el pensamiento que ni siquiera manifestaron a su mejor amigo del corazón está escrito aquí en palabras transparentes para nosotros, que somos los forasteros de otra edad.

Ralph Waldo Emerson, Libros


Los grandes hombres no son nunca solitarios; de la noche les llegan las voces de los que se han ido antes, claras y animosas; y así, a través de los tiempos, avanza una poderosa procesión, orgullosa, intrépida, inconquistable.

Bertrand Russell, Sobre la historia


sábado, 24 de abril de 2010

La ley es tela de araña



Supo esto Anacarsis, y se rió del cuidado de Solón y de que pudiera pensar que contendría las injusticias y codicias de los ciudadanos con los vínculos de las leyes, que decía no se diferenciaban de las telas de araña, sino que, como éstas, enredaban y detenían a los débiles y flacos que con ellas chocaban, pero eran despedazadas por los poderosos y los ricos.

Mestrio Plutarco, Vidas paralelas, Solón


La ley es tela de araña,
En mi inorancia lo esplico:
No la tema el hombre rico,
Nunca la tema el que mande,
pues la ruempe el bicho grande
Y sólo enrieda a los chicos.

José Hernández, La vuelta de Martín Fierro

martes, 20 de abril de 2010

Venganzas y perdones



No todos los que perdonan, perdonan; porque perdonar no es no vengarse.

Almafuerte, Evangélicas negras


Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón.

Jorge Luis Borges, Fragmentos de un evangelio apócrifo


domingo, 11 de abril de 2010

El pensamiento y la acción



Muchas cosas se juzgan imposibles de hacer antes de haberse realizado.

Plinio el Joven


Muchas cosas difíciles de planear demuestran ser fáciles de ejecutar.

Samuel Johnson, Rasselas


domingo, 21 de marzo de 2010

Hostigamiento del ocio



En cualquier lugar que me encuentras, Póstumo, enseguida me gritas (y esta es tu primera frase): "¿Qué haces?". Y siempre lo mismo, aunque me encuentres diez veces en una hora. Pienso, Póstumo, que eres tú quien no tiene nada que hacer.

Marco Valerio Marcial, Epigramas, II 67


Las bellas emociones estériles que el arte despierta en nosotros son aborrecibles a los ojos de la sociedad, y ese horrible ideal social domina con su tiranía tan por completo a las gentes que con el mayor descaro se acercan a uno en las exposiciones privadas y en otros sitios abiertos al público, preguntando con voz estentórea: "¿Qué hace usted?", cuando la única pregunta que debiera estarle permitida a un ser civilizado es: "¿En qué piensa usted?". Las intenciones de esas honradas y radiantes personas son buenas, sin duda. Quizá por eso mismo son tan insoportables. Pero alguien debiera enseñarles que si, en opinión de la sociedad, la contemplación es el más grave pecado, en opinión de las personas de la más alta cultura es la única ocupación adecuada al hombre.

Oscar Wilde, El crítico artista


lunes, 22 de febrero de 2010

El baile de Cupido



Capuleto.- ¡Bienvenidos, caballeros! Las damas a quienes no aprieten los zapatos darán una vuelta con vosotros. ¡Ajajá, señoras mías! ¿Cuál de todas vosotras se negará ahora a bailar? La que se muestre remilgada, juraré que le aprietan los zapatos. ¿Ando cerca de lo cierto? ¡Bienvenidos, caballeros! En mis buenos tiempos yo también gastaba antifaz y sabía susurrar algún cuentecillo en los oídos de una bella dama que solía deleitarme... Todo pasó, todo pasó, todo pasó... ¡Sed bienvenidos, caballeros! ¡Vamos, músicos, a tocar! ¡Sitio, sitio! ¡Despejad un poco, y pies ligeros, niñas! (Suena música y bailan.) ¡Más luz, muchachos! ¡Retirad las mesas y apagad el fuego, que hace demasiado calor en la sala! ¡Hola, compadre! Esta fiesta inesperada nos viene a las mil maravillas. ¡Vaya, sentaos, sentaos, querido primo Capuleto! Para vos y para mí han pasado los días de baile. ¿Cuánto hará desde la última vez que estuvimos en un baile de máscaras?
Capuleto 2º.- ¡Por la Princesa, treinta años!

William Shakespeare, Romeo y Julieta


El arquerito ciego, que nos sonríe desde el final de terrazas de viejos huertos holandeses, lanza riendo sus saetillas entre una efímera generación. Si no fuera por la rapidez con que tira, la caza se disolvería y desaparecería en la eternidad bajo sus flechas; éste desaparece antes de que el dardo lo toque; aquél apenas tiene tiempo para hacer un gesto y lanzar un grito apasionado; y todas son cosas de un momento. Cuando la generación ha desaparecido, cuando el drama ha terminado, cuando el panorama de treinta años ha sido retirado en harapos del escenario del mundo, podemos preguntar qué se ha hecho de esos grandes, graves e imperecederos amores y de los amantes que despreciaban con primorosa credulidad las circunstancias mortales; y no pueden mostrarnos más que unos versos anticuados, algunos eventos dignos de recordar y unos niños que han guardado cierta estampa feliz de la inclinación de los padres.

Robert Luis Stevenson, Del enamorarse

sábado, 6 de febrero de 2010

Vidas, horas e instantes



Cuando a un condenado a muerte le regalan una hora, ésta vale toda una vida.

Georg Lichtenberg, Aforismos, F-1163


En el último instante, toda mi vida durará un instante.

Antonio Porchia, Voces


viernes, 22 de enero de 2010

Lo que somos y lo que seremos



Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos ser.

William Shakesperare, Hamlet


- [...] vuestra merced [no] es Valdovinos, ni Abindarráez, sino el honrado hidalgo del señor Quijana.
-Yo sé quién soy -respondió don Quijote-, y sé qué puedo ser.

Miguel de Cervantes, El Quijote I


martes, 5 de enero de 2010

Inmortalidad retroactiva



Ciegamente reclama duración el alma arbitraria
cuando la tiene asegurada en vidas ajenas,
cuando tú mismo eres el espejo y la réplica
de quienes no alcanzaron tu tiempo
y otros serán (y son) tu inmortalidad en la tierra.

Jorge Luis Borges, Inscripción en cualquier sepulcro


Creer en las cosas quiere decir dejar subsistir algo después de la propia muerte, y tener, en la vida, la satisfacción de entrar en contacto con lo que seguirá subsistiendo después de nosotros.
Pero, ¿no satisface el pensamiento de que las cosas existían antes que nosotros y que, al vivir, entramos en contacto con lo que ya existía? La misma flaca satisfacción tendremos después de morir al saber que algo continúa existiendo.

Cesare Pavese, El oficio de vivir