He hallado en los escritos de nuestro Hecatón que la supresión de los deseos aprovecha a la par como remedio del temor. Afirma: "Si dejas de esperar, dejarás de temer". Me objetarás: "¿Cómo sentimientos tan dispares corren parejos?". Así es, querido Lucilio; aunque parezcan ser contradictorios, van unidos. Igual que una misma cadena une al preso y al soldado que lo guarda, así esos sentimientos que son tan diferentes marchan a la par: el temor sigue a la esperanza y la esperanza al temor. No es sorprendente, pues ambos nacen de la incertidumbre, de la irresolución, del desconocimiento del porvenir.
Lucio Anneo Séneca, Cartas a Lucilio, 5
Si no temo perder lo que poseo,
ni deseo tener lo que no gozo,
poco de la fortuna en mí el destrozo
valdrá, cuando me elija actor o reo.
Francisco de Quevedo, del soneto Prevención para la vida y para la muerte
La esperanza y el temor son inseparables, y no hay temor sin esperanza ni esperanza sin temor.
François de la La Rochefoucauld, Máximas
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lunes, 23 de mayo de 2011
Deseos y temores
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