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viernes, 20 de enero de 2012

Sucesión de opiniones cristianas



Espíritus sencillos, menos curiosos y menos instruidos, se convierten en buenos cristianos, por respeto y obediencia creen con simpleza y se mantienen sumisos a las leyes. En el mediano vigor de los espíritus y en la capacidad mediana, se engendra el error de las opiniones: éstos se dejan llevar por la apariencia del primer significado, y se creen con títulos para considerarnos como simples y brutos por el hecho de mantenernos en las antiguas creencias y porque no hemos sido instruidos por el estudio. Los espíritus grandes, más clarividentes y tranquilos, forman otra clase entre los buenos creyentes; ayudados por una dilatada y religiosa investigación, sienten de un modo más profundo y abstruso la luz de las Escrituras y sienten el divino y misterioso secreto de nuestro régimen eclesiástico.

Michel de Montaigne, Ensayos, I, 54


El pueblo honra a las personas de gran nacimiento. Los hábiles a medias las desprecian, porque dicen que el nacimiento no es ventaja de la persona, sino del azar. Los hábiles las honran, pero no por lo que piensa el pueblo, sino con un pensamiento más elevado. Los devotos, que tienen más celo que ciencia, las desprecian, a pesar de esta consideración que les hace honrar por los más hábiles, porque juzgan por una nueva luz que da la piedad. Pero los cristianos perfectos las honran, por una luz superior. Así van las opiniones, sucediéndose en pro y en contra según la luz que se posee.

Blaise Pascal, Pensamientos


jueves, 1 de septiembre de 2011

Ángeles o bestias



Quieren salirse fuera de sí y escapar del hombre. Locura es: en lugar de transformarse en ángeles, transfórmanse en bestias, en lugar de elevarse, rebájanse.

Michel de Montaigne, Ensayos, III, 13


El hombre no es ni ángel ni bestia, y la desgracia quiere que quien haga el ángel haga la bestia.

Blaise Pascal, Pensamientos

Para vivir hay que ser un animal o un dios -dice Aristóteles-. Falta el tercer caso: hay que ser ambas cosas; esto es, un filósofo...

Friederich Nietzsche, El ocaso de los ídolos


El hombre quiere ser ángel; pero está hecho para ser bestia.

Almafuerte, Evangélicas


domingo, 13 de diciembre de 2009

Industria natural



Creo que de este modo podría resolverse el pequeño enigma propuesto por Pascal en un pasaje de sus Pensamientos: "Dos rostros parecidos, de los cuales ninguno hace reír en particular, hacen reír juntos por su parecido". Asimismo se podría decir: "Los gestos de un orador, que de por sí no son ridículos, inspiran risa por su repetición". Es que la vida no debería nunca repetirse en toda su plenitud circunstanciada. Dondequiera que hay repetición, dondequiera que hay semejanza completa, vislumbramos enseguida lo mecánico funcionando tras lo vivo. Analizad vuestras impresiones frente a dos caras demasiado parecidas. Seguro que pensáis en dos copias sacadas de un mismo molde, en dos impresiones del mismo sello o en dos reproducciones del mismo clisé, en suma, en un procedimiento industrial. Tal desviación de la vida en el sentido de la mecánica es en este caso la verdadera causa de la risa.

Henri Bergson, La risa


Para el observador desinteresado hay algo bastante hermoso en el parecido perfecto de dos gemelos: es que la naturaleza, como si se hubiera industrializado momentáneamente, parece suministrar productos iguales.

Marcel Proust, Sodoma y Gomorra


lunes, 12 de octubre de 2009

Afán de conocimiento



Cuando no se sabe la verdad de una cosa, es bueno que haya un error común que fije el espíritu de los hombres, como, por ejemplo, la luna, a la que se atribuye el cambio de estaciones, el progreso de las enfermedades, etc.; porque la principal enfermedad del hombre es la inquieta curiosidad acerca de las cosas que no alcanza a saber, y no le es tan molesto estar en el error como en esta inútil curiosidad.

Blaise Pascal, Pensamientos


Reducir una cosa desconocida a una cosa conocida proporciona alivio, tranquiliza, satisface, y además da un sentimiento de poderío. Lo que es desconocido produce peligro, inquietud preocupación; el primer instinto se dirige a eliminar estos estados de ánimo penosos. Primer principio: una explicación cualquiera es mejor que ninguna explicación. Como en realidad se trata únicamente de una voluntad de desembarazarse de ideas deprimentes, no se es muy exigente sobre los medios para ello: la primera idea con la que lo desconocido se explica como conocido produce tanto bienestar que se la tiene por verdadera. Prueba del placer (y de la fuerza) considerada como criterio de verdad.

Friederich Nietzsche, El ocaso de los ídolos


Lo que los hombres realmente quieren no es el conocimiento sino la certidumbre.

Bertrand Russell


domingo, 18 de enero de 2009

Epicureísmo pascaliano



El peor de los males, la muerte, no significa nada para nosotros, porque mientras vivimos no existe, y cuando está presente nosotros no existimos.

Epicuro, Carta a Meneceo


La muerte es más fácil de soportar sin pensar en ella que el pensamiento de la muerte sin peligro.

Blaise Pascal, Pensamientos