A gusto mis dedos acarician
tu cabeza y tu lomo elástico,
y mi mano se embriaga del placer
de palpar tu eléctrico cuerpo.
Charles Baudelaire, El gato
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
Jorge Luis Borges, A un gato
Mostrando entradas con la etiqueta Baudelaire. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Baudelaire. Mostrar todas las entradas
martes, 3 de marzo de 2009
Gatos mimados
Etiquetas:
Baudelaire,
Borges
viernes, 22 de agosto de 2008
Sentidos del olfato
Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces tal los oboes, verdes tal las praderas.
Y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,
que tienen la expansión de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes de sentidos y espíritu.
Charles Baudelaire, Correspondencias, Las flores del mal, IV
El olfato es una vista extraña. Evoca paisajes sentimentales mediante un dibujar súbito de lo subconsciente. He sentido esto muchas veces.
Fernando Pessoa, Libro del desasosiego, 142
Etiquetas:
Baudelaire,
Pessoa
martes, 12 de agosto de 2008
Fascinación infantil por los mapas
Para el niño enamorado de mapas y grabados
el universo es igual a su vasto apetito.
¡Ah, qué grande es el mundo a la luz de las lámparas!
¡Y qué pequeño a los ojos del recuerdo!
Charles Baudelaire, El viaje, Las flores del mal, CXXVI
Debo decir que de muchacho sentía pasión por los mapas. Podía pasar horas enteras reclinado sobre Sudamérica, África o Australia, y perderme en los proyectos gloriosos de la exploración. En aquella época había en la Tierra muchos espacios en blanco, y cuando veía uno en un mapa que me resultaba especialmente atractivo (aunque todos lo eran), solía poner un dedo encima y decir: cuando crezca iré aquí. Recuerdo que el Polo Norte era uno de esos espacios. Bueno, aún no he estado allí, y creo que ya no he de intentarlo. El hechizo se ha desvanecido.
Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas
Etiquetas:
Baudelaire,
Conrad
lunes, 14 de julio de 2008
Estética femenina
Tus ojos, encendidos lo mismo que las tiendas
Y cual las luminarias de los festejos públicos,
Usan con insolencia de una fuerza prestada,
Sin comprender jamás la ley de su belleza.
Charles Baudelaire, Las flores del mal, XXV
La más extrañamente hermosa, que dibujaba ante nuestros ojos maravillados como un Whistler viviente, sólo se hubiera admirado y reconocido retratada por Bouguereau. Las mujeres realizan la belleza sin comprenderla.
Dirán tal vez: amamos sencillamente una belleza que no es la vuestra. ¿Por qué esa belleza sería mejor que la vuestra?
Que por lo menos me dejen decir: ¡Qué pocas mujeres comprenden la estética de donde ellas mismas provienen! Tal o cual virgen de Botticelli, si no fuera por la moda, creería que ese pintor es torpe y sin arte.
Marcel Proust, Los placeres y los días
Etiquetas:
Baudelaire,
Proust
Suscribirse a:
Entradas (Atom)