domingo, 3 de mayo de 2015

Afán de fama


De todos los sueños del mundo, el más aceptado y universal es el cuidado de la reputación y de la gloria, por el cual llegamos a dejar riquezas, reposo, vida y salud, que son bienes efectivos y concretos, para seguir esa imagen vana y esa simple voz que no tiene cuerpo ni forma: 
"La fama, que por su dulce voz encanta a los orgullosos mortales y parece tan bella, no es más que un eco, ¿qué digo?, la sombra de un sueño que se disipa y se desvanece al mínimo viento". (Torquato Tasso, Jerusalén liberada, XIV, 63)
Montaigne, Ensayos, I, 41

Lo esencial para nuestro bienestar será, pues, la salud, y junto a ésta los medios para nuestra conservación, es decir, unos ingresos seguros. Honor, rango, brillo, fama, valgan lo que quieran para muchos, no pueden competir con estos bienes esenciales, ni tampoco sustituirlos; antes bien, llegado el caso pueden ser sacrificados a los primeros, sin ninguna vacilación. 
Arthur Schopenhauer, Aforismos sobre el arte de saber vivir


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